jueves, 17 de diciembre de 2009

Legisladores republicanos se oponen a traslado de prisioneros de Guantánamo a Illinois

El gobierno de Barack Obama anunció que quiere comprar una prisión desocupada de ese estado de E.U. para trasladar a los detenidos de la base militar ubicada en Cuba.

Sin embargo, Obama aún no ha obtenido la aprobación del Congreso para recibir a los presos en suelo estadounidense.

Este miércoles, un día después de conocer la noticia, un grupo de legisladores republicanos se opuso tajantemente al plan del presidente Obama de trasladar a los presos del centro de reclusión en Guantánamo a una prisión en el estado de Illinois, para intentar cumplir con su promesa de cerrar el controversial centro de detención.

"Al trasladar terroristas conocidos a suelo estadounidense, el gobierno de Obama está ubicando las relaciones públicas internacionales por delante de nuestra seguridad pública", dijo el representante por Indiana, Mike Pence.

Por su parte, el líder de la minoría republicana en la Cámara de Representantes, John Boehner, indicó que no votará "para gastar ni un dólar en trasladar a esos prisioneros a Estados Unidos".

Incluso senadores republicanos que han expresado apoyo al cierre de la prisión de Guantánamo, en la isla de Cuba, expresaron sus reservas.

"Me temo que el Gobierno perdió el rumbo en su esfuerzo por cerrar Guantánamo lo antes posible", dijo el senador por Carolina del Sur, Lindsey Graham en una declaración.

Adelantándose a estos temores, el comunicado que anunció la decisión de comprar la cárcel en Illinois aclaró que el presidente Barack Obama no tiene "ninguna intención" de liberar a los prisioneros de Guantánamo en suelo estadounidense, cosa que, además, estaría prohibida por la ley.

"El presidente ordenó, con nuestro apoyo unánime, que el gobierno federal proceda a adquirir el centro (penitenciario) de Thomson", indicó una carta enviada al gobernador de Illinois, Pat Quinn, y firmada por la secretaria de Estado, Hillary Clinton, y el secretario de Defensa, Robert Gates.

El Thompson Correctional Center es una cárcel que actualmente está prácticamente vacía y puede acoger hasta 1.600 detenidos, en una zona rural de Illinois (norte) a 200 kilómetros al oeste de Chicago, según afirmó el diario 'The Chicago Sun Times', citando a un alto funcionario.

Su compra por el Estado federal podría conducir a la creación de más de 3.000 empleos directos e indirectos, una de las razones por las cuales los legisladores locales se pronunciaron a su favor.

También firman la carta la secretaria de Seguridad Interior, Janet Napolitano, el secretario de Justicia, Eric Holder, y el director de Inteligencia, Dennis Blair.

Durante el anterior gobierno, de George W. Bush, Estados Unidos recluyó durante años en Guantánamo a centenares de prisioneros de su "guerra contra el terrorismo", sin juicio, acusación ni acceso a abogados, en condiciones denunciadas por organismos de defensa de los derechos humanos.

No estaba claro cuántos de los 210 reclusos que aún permanecen en la base militar estadounidense en Cuba serían trasladados a la prisión de Illinois.

Gates informó que de estos 210 detenidos, 116 pueden ser liberados o extraditados a su país de origen o a terceros países. Además, unas decenas serían llevados ante la justicia.

Considerados demasiado peligrosos como para ser liberados, aunque el gobierno carece de pruebas contra ellos para iniciarles un proceso, los demás permanecerán encerrados indefinidamente en virtud de la ley de guerra.

La prensa estadounidense había avanzado el martes que ésta sería la categoría de presos que irían a Illinois. El diario 'Chicago Tribune' mencionó que serían entre 35 y 90 prisioneros.

No obstante, esto depende de que el Congreso le permita esta posibilidad a Obama.

El Congreso ha limitado hasta ahora el margen de maniobra del actual gobierno en su objetivo de cerrar Guantánamo, y la fecha límite del 22 de enero de 2010 para el cierre del criticado centro de detención ha sido pospuesta indefinidamente. Los legisladores rechazaron, en particular, el arribo a suelo estadounidense de los detenidos si no es con el objetivo de ser juzgados.

A largo plazo, la prisión construida en 2001 acogerá tanto a detenidos federales como a ex prisioneros de Guantánamo, de acuerdo con la carta, y no será posible ningún contacto entre ambos grupos.

"El gobierno no ha logrado explicar cómo el hecho de trasladar a terroristas a un 'Guantánamo del Norte' daría más seguridad a los estadounidenses que tenerlos fuera de nuestras fronteras", estimó el martes el senador Mitch McConnell, jefe de la minoría republicana del Senado.

Por su parte, la Campaña Nacional para cerrar Guantánamo reaccionó indicado que "es hora de que el Congreso (...) se una al presidente para borrar esta mancha en la reputación de Estados Unidos en el mundo".

Entretanto, la decisión de Obama de contemplar la detención ilimitada de algunos prisioneros es fuertemente criticada por la izquierda y por organizaciones de defensa de los derechos humanos.


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